Otra boda en Mas Haritza. Me encanta ese sitio, se respira un aire de frescura y naturaleza. De hecho, por ahí hay algunos bichines tales como ciervos dando tumbos, todo un espectáculo cuando llevas unas cuantas copas de más (no por mi, que estoy trabajando, sino por las reacciones que veo en los invitados).
La de Marta y Anto fue una de esas bodas para recordar (así, a modo de título de película). En realidad toda la boda fue de película. Con Jeep Wrangler y tablas de surf (en mi cabeza casi que escuchaba el Surfin’ USA de los Beach Boys en bucle y creo que se notaba en mi cara de felicidad permanente). Todo en esta boda fue de mil maravillas, se notaba que había ganas de bodorrio!
Como siempre, contar con Miriam Escrivá -wedding planner- en la organización es un lujazo por todo lo alto! Y como siempre digo que lo mío es fotografiar, y no escribir, me tiro de cabeza a las fotos sin antes dejarme de mencionar a la florista Art i Flor.
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