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Míriam y Marc me ganaron des del primer momento. Soy de esas personas sencillas que si me dices que hay un Suzuki Samurai por enmedio se me nubla la vista y solo veo osos amorosos volando encima de corazones alados. En la preboda ya se me presentaron con esa maravilla de coche descapotado, a la vez que me confirmaban mis mejores sospechas: sería el coche nupcial. Creo que es de lo más maravilloso que hay, pasearse por las calles de Barcelona con un mini todoterreno descapotado.
Se dieron el ” Sí, quiero” en la Parroquia de Sta María del Remei de Barcelona, en pleno corazón de les Corts. Muy curioso el ambiente, por cierto, pues ese día resulta que había la fiesta del barrio (o algún que otro evento similar) el caso es que a la vez que llegaban los invitados con sus mejores galas, la plaza se llenaba de gente con tambores y demás instrumentos de percusión, dando como resultado algunas fotos curiosas.
Ya de ahí nos trasladamos a lo más alto de la ciudad, en el Hotel Miramar de Barcelona, un palacio de principios de siglo XX -construido para la Segunda Exposición Universal- , situado en la ladera de la montaña de Montjuïc con vistazas al Mediterráneo, donde gracias a la meticulosidad de la Wedding Planner Miriam Escrivà, todo salió a la perfección (se que no lo vas a leer esto Míriam; básicamente doy por sentado que la gente no lee mis rollazos y tira recto a las fotos 
pero es un lujazo currar contigoo!) 
Vestido de novia: Tot-hom
