La de Marta y Anto fue una de esas bodas para recordar (así, a modo de título de película). En realidad toda la boda fue de película. Con Jeep Wrangler y tablas de surf (en mi cabeza casi que escuchaba el Surfin’ USA de los Beach Boys en bucle y creo que se notaba en mi cara de felicidad (…)
Otra boda en Francia. Y, por supuesto, de la mano de los increíbles videógrafos Marie Marry Me que me llamaron para que les acompañara, de nuevo, al norte del Périgord.
Esta vez, la celebración fué en una mansión del s.XV, la Maison Picasso. Una maravilla de construcción con una (…)
Esta es una de aquellas bodas que te marcan. En realidad todas se te quedan grabadas a fuego por un detalle u otro, y esta estuvo llena de esos detalles. Incluso la cena se acabó convirtiendo en una antesala de la fiesta que se venía. Es más, aquello podría haber sido la celebración de una final de la Champions (…)
Míriam y Marc me ganaron des del primer momento. Soy de esas personas sencillas que si me dices que hay un Suzuki Samurai por enmedio se me nubla la vista y solo veo osos amorosos volando encima de corazones alados (…)
Quizás sea la boda de Carla & Adrià de la que me lleve la anécdota más curiosa de una boda, por lo menos la más entrañable (…)
Yo soy de los que les cuesta (mucho) levantarme antes que lo haga el sol. Pero la ocasión bien se la merecía! La verdad que una vez estás ahí es todo mágico. El lugar es espectacular; evoca sueños y esperanzas, es como si sonara una de esas músicas que te hacen vibrar (…)